La memoria RAM es un componente básico que está presente en cualquier PC o portátil, y de ella dependerán no solo el rendimiento del mismo, sino también las aplicaciones que podremos utilizar y las cosas que podremos hacer. Está profundamente vinculada al procesador, otro componente que es uno de los pilares centrales de cualquier PC, y puede afectar de forma considerable a su rendimiento.
Recordad que la memoria RAM existe también en otros dispositivos, como por ejemplo smartphones, smartwatches, tablets e incluso en Smart TVs y en dispositivos muy pequeños y compactos.
Sin este componente no sería posible utilizar un sistema operativo y
unas aplicaciones concretas, por muy limitadas que estas sean, ya que al
final estas necesitan una mayor o menor cantidad de este tipo de
memoria para funcionar.
A pesar de su gran importancia la memoria RAM es un componente que, todavía hoy, sigue generando muchas dudas y está rodeada de grandes mitos. Por ello he querido dar forma a este artículo, donde voy a compartir con vosotros todo lo que debéis saber sobre este componente.
¿Qué es y por qué es importante la memoria RAM?
Cuando hablamos de memoria RAM estamos utilizando las siglas «Random
Access Memory», que en una traducción directa equivale a «Memoria de
Acceso Aleatorio». Es un tipo de memoria volátil, lo
que significa que se utiliza para guardar información y datos, y que
estos se eliminan cuando se corta el suministro eléctrico, es decir,
cuando se apaga el PC.
Esto contrasta con la memoria no volátil, como por
ejemplo la NAND Flash de las unidades SSD, que mantiene los datos y la
información incluso cuando se corta el suministro eléctrico. La RAM se
puede utilizar en diferentes formatos, pero sin duda el más habitual es
el clásico módulo rectangular formado por un PCB a modo de barra sobre el que se asientan diferentes chips que contienen cantidades determinadas de memoria RAM.
También se puede implementar como solución integrada tanto sobre un PCB como en otros componentes.
Es común que los dispositivos móviles cuenten con memoria RAM
integrada, existen unidades SSD que integran memoria RAM como caché de
alto rendimiento, y Apple también monta este tipo de memoria en sus SoCs
serie M como solución unificada para reducir costes y mejorar el
rendimiento.
La memoria RAM siempre se ha medido partiendo de un pilar básico: su capacidad. Los kilobytes fueron la unidad más utilizada entre finales de los setenta y principios de los ochenta. Posteriormente dejaron paso a los megabytes y finalmente llegamos a los gigabytes,
que es la medida que utilizamos actualmente, aunque en el sector
profesional dedicado a servidores y centros de datos no es para nada
descabellado hablar de terabytes. El tema de la capacidad es importante, pero sobre ello hablaremos a fondo más adelante.
Cuando la memoria RAM no viene integrada, esta se debe insertar en
las ranuras dedicadas para ello que tiene la placa base. La cantidad
total de ranuras determinará la cantidad de módulos que podremos
instalar, y esto afectará también a la cantidad máxima de memoria que
tendremos disponible. Por ejemplo, una placa base con dos ranuras normalmente soportará menos cantidad de RAM que una con cuatro ranuras, aunque esta regla general no siempre se cumple.
Su función principal es servir de apoyo al procesador, guardando
instrucciones, operaciones ya resueltas y datos del sistema operativo y
de otras aplicaciones y programas a los que dicho componente podrá
acceder en cualquier momento. De esta manera el procesador no tiene que volver a realizar ciertas operaciones, simplemente las puede recuperar de la memoria RAM, lo que contribuye a optimizar la carga de trabajo y mejora el rendimiento.
Podemos entender mejor su funcionamiento con un ejemplo sencillo.
Cuando encendemos el PC ya estamos utilizando la memoria RAM para
guardar datos y elementos del sistema operativo y sus aplicaciones
básicas, y cuando arrancamos un juego éste carga una serie de datos básicos que necesita en la memoria RAM, y se mantienen en ella hasta que dejan de ser necesarios.
Cuando esos datos dejan de ser necesarios se reemplazan por otros
datos, como por ejemplo al cambiar de misión o de mundo e iniciar un
nuevo proceso de carga, y es necesario que la memoria RAM tenga
capacidad suficiente para acomodar esos nuevos datos. Sin memoria RAM el procesador se vería abrumado por cargas de trabajo repetitivas que afectarían negativamente al rendimiento.
La GPU también puede utilizar la memoria RAM de una
manera parecida a como lo hace el procesador, aunque esto ocurre
normalmente con las soluciones integradas, que carecen de su propia
memoria gráfica. En este caso, la GPU reservará una parte de la RAM para
utilizarla como VRAM, lo que significa que reducirá la cantidad de
memoria disponible para el sistema, y su ancho de banda afectará en gran
medida al rendimiento que será capaz de ofrecer ese núcleo gráfico.
Hay varios conceptos importantes que rodean a la memoria RAM, como por ejemplo la capacidad y el ancho de banda,
pero sobre ellos os voy a hablar de forma individualizada más delante,
ya que establecer una división de ese tipo os permitirá entender mejor
cada uno de esos conceptos y cómo pueden afectar no solo a su
rendimiento, sino también al de todo el PC.
Conceptos básicos de la memoria RAM
Capacidad total disponible
La capacidad de la memoria RAM es sin duda alguna el concepto
principal y el más importante, es lo que debemos priorizar a la hora de
elegir este componente, porque si no tenemos cantidad suficiente para
cubrir nuestras necesidades es probable que ni siquiera podamos utilizar ciertas aplicaciones y juegos, o que el sistema operativo funciona con extremada lentitud. Os pongo un par de ejemplos:
- Windows 11 necesita 4 GB de RAM como mínimo, pero solo funciona de forma aceptable a partir de 8 GB.
- Para jugar a títulos actuales necesitamos contar como mínimo con 8
GB de RAM, pero sufriremos microtirones y en muchos las experiencia ya
no será buena. Lo ideal es contar al menos con 16 GB de RAM.
Si no tenemos suficiente memoria RAM es posible recurrir a lo que se conoce como memoria virtual,
que permite utilizar una parte del sistema de almacenamiento (HDD o
SSD) para que esta trabaje como si fuese dicho tipo de memoria. No hace
milagros, porque ese tipo de memoria será mucho más lenta,
y al final la única solución real y efectiva en este caso será ampliar
la RAM de nuestro equipo, siempre que sea posible. Digo esto porque no
siempre lo es, ya que cuando la memoria va soldada o integrada no es
posible ampliarla.
Los kits más vendidos actualmente son los de 16 GB y 32 GB de memoria RAM. En ambos casos suelen estar formados por dos módulos de 8 GB o de 16 GB, lo que significa que tendremos que ocupar dos ranuras de nuestra placa base. También hay kits con cuatro módulos y soluciones con una mayor densidad por módulo, pero estos suelen tener precios más altos.
¿Cuánta memoria RAM necesito?
Actualmente el mínimo recomendado para tareas básicas son 4 GB de memoria RAM,
siempre que utilicemos un sistema operativo con un requisito de 2 GB de
RAM, como Windows 10, por ejemplo. Para escenarios de uso más complejos
necesitaremos más memoria, aunque la cantidad total dependerá del uso
que vayamos a hacer del PC.
Como es un tema que se puede volver muy complejo si lo analizamos caso por caso voy a compartir con vosotros un guion general que os servirá como referencia, y que parte de los niveles de RAM recomendada para los escenarios de uso más frecuentes de un PC:
- Ofimática básica, navegación por Internet y contenidos multimedia sencillos: tendremos suficiente con 4 GB de RAM.
- Trabajo con documentos complejos, navegación web con varias
pestañas, contenidos multimedia y multitarea moderada: debemos contar al
menos con 8 GB de RAM.
- Trabajo con cualquier tipo de documentos, navegación web con decenas
de pestañas, juegos, contenidos multimedia y multitarea intensiva: es
necesario contar con 16 GB de RAM.
- Trabajo con aplicaciones intensivas y soluciones profesionales, como
edición y creación de contenidos: normalmente es recomendable contar
con 32 GB de RAM. En este caso podemos encontrarnos con escenarios en los que puede ser necesario contar con hasta 64 GB.
Tipos de memoria RAM, velocidad, latencia y canales
Si miramos en retrospectiva y partimos del lanzamiento de la memoria
DDR hasta nuestros días podemos decir que existen, en total, cinco grandes estándares,
aunque los tres primeros están obsoletos, y a día de hoy dominan la
memoria DDR4 y DDR5, siendo esta última la más avanzada y la más rápida
del mercado.
- Memoria DDR: es la versión más antigua y se utiliza
en equipos que montan procesadores Pentium 4 y Athlon en sus
generaciones más antiguas. Rondan los 400 MHz de frecuencia máxima.
- Memoria DDR2: fueron muy populares porque se
utilizaron en equipos con sockets LGA775 y AM2. Se vendían con
frecuencias de hasta 1.066 MHz y hoy en día solo es posible encontrarlas
en el mercado de segunda mano.
- Memoria DDR3: fue el estándar de generaciones de
procesadores muy populares, como los Core Gen4 y anteriores, y también
de las CPUs de AMD basadas en socket AM3. Su velocidad máxima alcanzó
los 2.400 MHz, y todavía se comercializa.
- Memoria DDR4: este estándar es uno de los más
utilizados a día de hoy. Los procesadores Intel Core Gen 5 y superiores,
hasta llegar a los Core Gen 14, soportan este tipo de memoria, y los
procesadores Ryzen 1000 y superiores, hasta los Ryzen 5000, también son
compatibles con este estándar. Superó los 4.000 MHz de frecuencia.
- Memoria DDR5: es el estándar actual. Introdujo cambios importantes frente a la DDR4
que van más allá de la frecuencia, como la integración del PMIC
(sistema de gestión de la alimentación) de forma individualizada en cada
módulo. Ha superado los 8.000 MHz de frecuencia.
Cada uno de esos estándares tiene sus propios límites a nivel de
velocidad, latencia y canales, que a su vez son tres aspectos que, junto
con la capacidad, afectan de forma directa al rendimiento
de la memoria RAM. La capacidad es la clave principal porque, como os
dije anteriormente, si no llegamos al mínimo que requiere cada
aplicación sistema operativo estos directamente no funcionarán, por muy
rápida que sea la memoria.
Os pongo un ejemplo muy sencillo, si un juego pide 16 GB de RAM y contamos con 4 GB de RAM a 4.000 MHz con latencias CL no podremos moverlo,
pero si contamos con 16 GB de RAM a 2.666 MHz no tendremos problemas a
pesar de que esta es más lenta. Las latencias tampoco marcarían una
diferencia en este caso, y la capacidad sería el factor limitante.
Entonces, ¿cómo afecta la velocidad al rendimiento de la memoria RAM?.
Puede marcar una diferencia importante cuando ya hemos llegado al nivel
óptimo requerido en lo que a capacidad se refiere, ya que determina la rapidez con la que es capaz de trabajar.
Esta se mide en MHz o en Mbps, y cuando se asocia al bus de memoria del
sistema nos permite calcular el ancho de banda máximo que puede
alcanzar.
El ancho de banda de la memoria RAM nos dice la velocidad a la que se pueden comunicar la CPU y la GPU con aquella.
Cuando mayor sea más rápidas serán las operaciones de acceso en
general, tanto de lectura como de escritura. En un PC de consumo general
lo normal es tener dos posibles configuraciones del bus de memoria, 64
bits y 128 bits, ambas conocidas como single channel y dual channel.
Si utilizamos un único módulo de memoria tendremos un bus de 64 bits, y si utilizamos dos módulos podremos crear un bus de 128 bits, siempre que los instalemos en las ranuras adecuadas (A1 y B1 o A2 y B2). Un bus de 128 bits nos permitirá doblar el ancho de banda de la memoria RAM,
y esto mejorará el rendimiento de la CPU en ciertos escenarios. También
puede afectar enormemente al rendimiento de una GPU integrada, ya que
esta normalmente tiene una mayor dependencia del ancho de banda de dicho
componente.
Como he dicho las plataformas de consumo general soportan
configuraciones de doble canal, pero en los sistemas HEDT y en
plataformas profesionales podemos encontrarnos con configuraciones de cuatro, seis, ocho e incluso de doce canales,
lo que significa que el bus de memoria sube exponencialmente y que el
ancho de banda es enorme. Para poder crear esas configuraciones es
necesario ocupar las ranuras de memoria correspondientes.
No hay una regla universal, pero en general no es necesario ir a por los módulos más rápidos y caros
del mercado, porque cuando superamos un determinado umbral la mejora de
rendimiento suele ser mínima o nula, y el coste se dispara. Por otro
lado, hay que tener en cuenta también que el rendimiento de un kit de
memoria RMA también se verá afectado por la latencia del mismo. Antes de
entrar a ver qué velocidad es la ideal vamos a analizar el tema de la
latencia.
La latencia es el retardo que se produce cuando se tienen que
ejecutar distintas operaciones en la memoria RAM. Esta refleja, por
ejemplo, el retraso que se produce desde que se solicita un acceso a la RAM y el tiempo que esta tarda en encontrar la información
necesaria en las celdas de memoria donde se encuentra. Cuanto mayor sea
ese retraso, más impacto tendrá en el rendimiento. Por eso, una memoria
a mucha frecuencia puede acabar rindiendo pero que otra a menos
frecuencia si la primera tiene mucha más latencia.
Con todo, no quiero que os preocupéis en exceso por este tema, porque al final su impacto no resulta significativo salvo en casos muy extremos. Para
que lo entendáis mejor os pongo un ejemplo concreto de diferentes
generaciones con la latencia en nanosegundos de diferentes tipos de
memoria con velocidades dispares:
- DDR3 a 2.000 MHz CL9: 9 nanosegundos.
- DDR3 a 1.800 MHz CL8: 8,96 nanosegundos.
- DDR4 a 2.133 MHz CL15: 14,06 nanosegundos.
- DDR4 a 3200 MHz CL22: 13,75 nanosegundos.
- DDR5 a 4.800 MHz CL40: 16,67 nanosegundos.
Ahora sí que estamos listos para entrar a ver qué configuración de
velocidad y latencia sería la ideal. Este tema también se podría
extender en exceso y acabaría siendo demasiado complicado, cosa que al
final sería totalmente contraproducente, así que como hice anteriormente
al hablar de la capacidad os voy a dar una serie de recomendaciones
genéricas a modo de guion que os será de gran ayuda, y que podréis interpretar fácilmente:
- Para procesadores Ryzen 3000 y 5000, e Intel Core Gen 11 y
anteriores, lo ideal son los kits de DDR4 que funcionen como mínimo a 3.200 MHz con latencias CL16. No vale la pena superar los 3.600 MHz, porque el coste no compensa.
- Para procesadores Ryzen 7000 lo ideal son los kits de memoria DDR5 a 6.000 MHz con latencias CL30.
No vale la pena ir más allá ni por coste ni por rendimiento, de hecho
si superamos esa velocidad el UCLK reducirá su velocidad a la mitad.
- En el caso de los Core Gen 12 y superiores el punto óptimo en relación precio rendimiento también lo encontramos en la memoria DDR5 a 6.000 MHz con latencias CL30,
aunque estos procesadores soportan RAM a más de 8 GHz. No vale la pena
el coste que esta representa, porque la mejora de rendimiento que
conseguiremos será muy pequeña.
No podemos olvidarnos de que los kits de memoria RAM que trabajan a velocidades superiores a los de su estándar correspondiente utilizan perfiles de overclock,
y que estos se deben activar a través de la BIOS de la placa base o con
una aplicación que lo permita, como AMD Ryzen Master, por ejemplo. A
día de hoy se utilizan dos tipos de perfiles, los Intel XMP y los AMD
EXPO, y ambos suelen funcionar sin problemas en la mayoría de las placas
base actuales.
Si utilizas memoria DDR5 ten en cuenta que este estándar todavía tiene problemas cuando se ocupan más de dos ranuras de memoria,
y que lo ideal es montar solo dos módulos de memoria. Si montas cuatro
es muy probable que la memoria no pueda funcionar a la velocidad máxima
anunciada por el fabricante, con la consiguiente reducción de
rendimiento que esto conlleva.
De todo lo que hemos visto en este artículo podemos sacar en claro una serie de conclusiones importantes.
Dichas conclusiones nos ayudarán a tener claro qué tipo de memoria RAM
debemos elegir en función de nuestras necesidades y cómo debe ir
configurada para garantizar una experiencia de uso totalmente óptima.
Para ayudaros un poco más con el contenido de esta guía os dejo a continuación un resumen sencillo y fácil de entender con todas esas claves, además de una serie de recomendaciones de kits de memoria que son un valor seguro por su buen valor precio-prestaciones.
- En PCs de consumo es recomendable comprar al menos dos módulos de memoria RAM para activar el doble canal.
- Debemos priorizar la capacidad del kit de memoria RAM sobre la
velocidad y las latencias. Estas tendrán prioridad una vez lleguemos al
nivel óptimo de capacidad que necesitamos.
- Si utilizamos memoria DDR4 no vale la pena comprar memoria a más de 3.200 MHz con latencias CL16.
- En caso de utilizar memoria DDR5 no es necesario invertir en kits a más de 6.000 MHz con latencias CL30.
- Los estándares de memoria RAM son incompatibles entre sí. No puedes utilizar DDR4 en ranuras de DDR5, y a la inversa.
Saludos.